Con tanto interés últimamente en el sector de los coches autónomos y cada vez más empresas automovilísticas desarrollando sus propios sistemas, que la japonesa Toyota decidiera dar un paso más era tan sólo cuestión de tiempo.
Toyota ha anunciado su nuevo plan de inversión de 50 millones de dólares en el desarrollo de esta tecnología durante los próximos 5 años, además de un acuerdo de colaboración con el MIT y Stanford.
Junto con esta colaboración con ambas universidades, Toyota ha decidido contratar también a Gill Pratt, desarrollador de sistemas para vehículos autónomos en el MIT y DARPA, que ha declarado estar contento con la oportunidad de poder aplicar las tecnologías en las que ha estado trabajando durante años para un uso real y práctico para civiles.
La contratación de Gill Pratt y su inversión millonaria demuestra que Toyota quiere conseguir contar con una tecnología que tenga la oportunidad de llegar a los usuarios, y gracias a Pratt no tendrá que empezar desde cero.
Con este acuerdo queda claro que Toyota será otro más de los fabricantes que pondrá en marcha su propio prototipo de coche autónomo y a Google, o Alphabet, cada vez se le acercan más y más rivales a pesar de la enorme ventaja que todavía les lleva a la mayoría de ellos.
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