La digitalización está llegando a todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida cotidiana. Desde el contacto con amigos y familiares hasta nuestros trabajos, pasando por la forma de relacionamos con todo tipo de empresas –compañías de suministros, bancos, comercios…- e instituciones –Administración Pública, etc.-. Estas herramientas nos hacen la vida más fácil pero tampoco hay que soslayar el riesgo que comporta vivir en un mundo hiperconectado.
Los esfuerzos que se están realizando en pos de la transformación digital y el desarrollo del Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés) están siendo los catalizadores para el aumento del gasto en la defensa de activos frente a las ciberamenazas. De este modo, Juniper Research calcula que el gasto global en el ámbito de la ciberseguridad aumentará un 33% durante los próximos 4 años, alcanzando los 134.000 millones de dólares en 2022.
Así se recoge en el informe ‘Cybersecurity: Mitigation Strategies for Financial Services, Operators, Enterprise & IoT 2018-2022’, en el que se destaca que casi el 70% de los gastos se originará en empresas de tamaño mediano, puesto que los ciberdelincuentes se enfocan principalmente en aquellos objetivos que resultan más fáciles de atacar.
Juniper adelanta que el coste acumulado de las violaciones de datos entre 2017 y 2022 alcanzará los 8 billones de dólares, con pérdidas variables de negocio dependiendo de la naturaleza y la escala del ataque. Cita el ejemplo de la naviera Maersk, que estima que la infección de su red por parte de NotPetya en 2017 pudo haber tenido un impacto de entre 200 y 300 millones de dólares.
La consultora reseña que la repercusión de las brechas de seguridad obliga a planificar en términos de mitigación de riesgos, más allá de la habitual prevención. Y predice que los proveedores de servicios en entornos de alto riesgo se verán obligados a reestructurar sus redes para evitar posibles infracciones de cumplimiento, robo de datos o interrupción del servicio.
Además, el estudio indica que se prevé que haya 46.000 unidades del IoT en 2021, por lo que asegurar estos dispositivos requiere visión de futuro. De este modo, advierte que es esencial adoptar una estrategia de ciberseguridad que sea lo suficientemente flexible como para reaccionar ante las demandas futuras.
En este sentido, la compañía remarca que los cibercriminales se mueven rápido, por lo que el enfoque que se da a las estrategias de ciberseguridad dejan muy pronto de ser efectivas. Por ejemplo, señala que la familia de ransomware Cerber es capaz de analizar cómo detectan los sistemas de aprendizaje automático el comportamiento del malware, siendo capaz de aplicar técnicas de evasión para evadir estas defensas.
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