Poner fin al verano supone, en muchas ocasiones, replantearse la vuelta al trabajo y marcarse nuevos propósitos laborales. Y uno de ellos suele ser pedir un aumento de salario. Aunque este sea un tema que no sabemos abordar, según el contexto que nos envuelva. Cómo hacerlo, qué palabras utilizar para que no se malinterprete el mensaje…
Por eso, TherapyChat ha decidido compartir las claves para que se pueda enfrentar esta situación de la mejor manera posible:
No hay que olvidar que esta negociación es un win-win, es decir, tanto tú como la empresa debéis obtener algo positivo.
Por otro lado, resulta muy interesante estar “despierto” para interpretar las señales que pueda emitir la persona con la que estamos hablando:
– En primer lugar, debes tener en cuenta que la persona puede reaccionar de manera positiva o negativa, por lo que es importante que antes de la reunión anticipes sus posibles respuestas y que vayas preparado para abordarlas.
– Durante la reunión, observa a tu interlocutor mientras estás exponiendo tu petición. Presta especial atención a su comunicación no verbal, ¿parece interesado? ¿asiente con la cabeza? ¿frunce el ceño? ¿le notas impaciente? Y, por supuesto, a su comunicación verbal, ¿te hace preguntas? ¿aporta información que corrobora que está contento con tu desempeño?
– No des por sentado lo que está pensando o sintiendo al respecto. Muchas veces interpretamos gestos o expresiones de forma equivocada y esto puede desmotivarnos o hacernos perder confianza en nuestros argumentos. Para evitarlo, realiza pequeñas pausas a lo largo de la conversación y pídele feedback a medida que expones tus motivos. Puedes preguntarle qué le parece o cómo lo ve, sobre todo si sientes que sus reacciones son negativas o ambiguas. Te ayudará a conocer su opinión, además de a mostrar interés por su respuesta.
Elena Guerola Pejenaute, Psicóloga y Talent Scout en TherapyChat, asegura “antes de pedir un aumento de sueldo, tienes que pensar por qué quieres hacerlo. Parece una respuesta obvia, pero, muchas veces, la razón que hay detrás es la falta de ganas y motivación por tu trabajo. Piensas que, ganando una mayor cuantía económica, recuperarás la ilusión. Sin embargo, puede que a corto plazo esto funcione, pero puede ser solo un remedio temporal. A medida que pase el tiempo, te darás cuenta de que estos sentimientos persisten y que necesitas abordarlo de otra manera. Si tu trabajo ya no te llena, puede ser hora de plantearse un cambio laboral. Otro de los ‘top ten’ en la lista de propósitos para el nuevo curso”.
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