Aunque no lo parezca, resulta que no sólo el ritmo cardíaco es único para cada persona, igual que sus huellas dactilares, sino que además también tiene un patrón irregular que nunca se repite, permitiendo una encriptación basada en la teoría del caos.
Según sus desarrolladores, Chung-Liang Lin y su equipo de la Universidad Nacional Chung Hsing de Taichung, en Taiwan, su objetivo inicial sería la creación de discos duros externos protegidos que sólo se desencriptarían al tocarlos.
Pero en sí la tecnología puede ir mucho más allá. Por un lado permite que sea extremadamente difícil copiarla o usarla sin que su dueño esté vivo, pero además permite la inclusión de sistemas de seguridad ocultos que sean capaces de reconocer si el dueño está siendo obligado o está en peligro de manera silenciosa, actuando con los protocolos correspondientes.
Las pruebas por ahora has sido todo un éxito aunque claro, no han tenido en cuenta que Kano de Mortal Kombat o Mola Ram de Indiana Jones son fallos en su seguridad, ya que te pueden sacar el corazón todavía latiendo del pecho mientras se ríen en tu cara. [Dvice]
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