Finalmente Uber terminó perdiendo el pulso con las autoridades de California, cuando el DMV y el fiscal general decidieron retirar la licencia a los coches autónomos con los que pretendía hacer pruebas sin contar con el permiso necesario.
Uber opinaba que no lo necesitaba, porque sus coches autónomos contaban con conductor e ingeniero supervisando el vehículo, pero desde el DMV opinaban distinto y al no haber formalizado Uber el permiso, no podían llevar las pruebas a cabo hasta que tuvieran los papeles en regla. Tras unos días de incertidumbre en los que parecía que Uber iba a hacer caso omiso, al final ha entrado en razón y ha parado las pruebas.
La alternativa de Uber es llevarlas a cabo en Arizona, para retrasar lo mínimo posible dichas pruebas y continuar así con sus planes. En dicha región, los coches autónomos no necesitan un permiso especial, por lo que la compañía han enviado sus coches en camión para ponerse en marcha cuanto antes.
El gobernador de Arizona, Doug Ducey, ha declarado que su estado da la bienvenida a Uber con los brazos abiertos, e indicado que mientras California está poniendo frenos a la innovación y el cambio con más burocracia y más regulaciones, Arizona está allanando el camino para las nuevas tecnologías y los nuevos negocios.
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