El concepto, increíblemente ambicioso, se llama Lunar Ring, de la firma japonesa Shimizu, y no es inviable. La energía se reuniría en una base lunar (¿quizá donde Japón quiere desplegar sus robots?), donde unas instalaciones conversoras transformarían la energía para poder ser transmitida a la Tierra, en forma de láser o microondas. Una vez transmitida a Tierra, la energía se transformaría de nuevo en eléctrica, por ejemplo.
La mayor parte de los materiales de construcción se extraerían de la propia Luna, de modo que los robots tienen trabajo para rato, si alguna vez se pone en práctica. No obstante, la energía se aprovecharía mucho mejor que en la Tierra, al no poseer atmósfera la Luna, además de poder estar funcionando constantemente, día y noche (no olvidemos que el cinturón solar envolvería a nuestro satélite completamente, por el ecuador).
Ahora bien, este concepto plantea algunas dudas. ¿Quién recolecta la energía, Japón en exclusiva? ¿Se puede conquistar la Luna así por las buenas? ¿Qué ocurre si un rayo láser se desvía de la trayectoria, puede dejar a los japoneses fritos? ¿Y ya que estamos, por qué no envolvemos la Luna entera y la transformamos en la Estrella de la Muerte? —Javier G. Pereda [Shimizu]
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