Esos bichitos que se lo pasan teta practicando surf sobre las aguas pueden hacerlo gracias a que sus patas son superhidrofóbicas. Como tú con la ducha, pero en diminuto. Pues bien, científicos chinos han recubierto con una sustancia similar (me los imagino cazando bichos en el Songhua o el Lijiang) la malla de cobre de un diminuto barquito. El resultado: puede soportar tres veces su peso. Al parecer, esa capa superhidrofóbica, que los científicos describen con su habitual sencillez como “el efecto cooperativo de micro/nanoestructuras jerárquicas y una capa de cera de baja energía superficial”, es capaz de crear una especie de bolsa de aire entre el agua y el barco, que de hecho levita sobre las aguas. Llámame descreído, ¿pero no serían de este material las sandalias del Pescador en su famoso paseo sobre las aguas? Lo mejor es que estos barquitos se hunden tranquilamente en otros líquidos, como la acetona o el etanol. Ante nosotros se abre un hermoso futuro de levitación acuática. — Rafa M. Claudín [America Chemical Society]
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