Demasiadas cosas dan yuyu de esta silla eléctrica de Aleksej Iskos como para sentarse a leer cómodamente en ella. Y eso que los cojines, per se, parecen confortables. Para empezar está el hecho de que sea una silla eléctrica. Luego, aunque quizá no en este orden, está ese botón rojo que teóricamente sirve para que se enciendan las bombillas. Aunque es más probable que lo pruebes con tu suegra que contigo mismo. Tampoco parecen muy seguros esos cables que cuelgan con dejadez… Y, para rematar la faena, esa rejilla metálica que recuerda una jaula. Será que no estoy en la onda del diseño moderno. — Rafa M. Claudín [NotCot]
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