La idea de artista Caleb Larsen me recuerda esas Vírgenes que algunos cristianos de base se pasan semanalmente de casa en casa. La obra de Larsen se llama “A Tool to Deceive and Slaughter” y es básicamente un cubo negro con una Ethernet integrada. Quien lo adquiere, lo hace sólo por una semana y se compromete a tenerlo conectado a Internet: el propio dispositivo se subasta solito en busca de su próximo dueño. Aunque está a medio camino entre la obra de arte, el experimento social y la tomadura de pelo, lleva circulando desde 2008 y, aun así, la subasta de esta semana está ya a más 4.000 dólares. Hay gente para todo. — Rafa M. Claudín [Make]
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial financiará aquellas iniciativas que puedan solucionar incertidumbres científicas o…
Solo en el cuarto trimestre las empresas emergentes del país han levantado 1.500 millones de…
La región tiene 13 scaleups y destaca por sus empresas emergentes de salud y agrotech.
Valencia ha atraído en el primer semestre del año 30 millones de euros de inversión…
El diario estadounidense demanda a las dos compañías tecnológicas por haber usado sus contenidos para…