Los dos carteles, uno que implica televisores y otro en el mercado de los monitores de ordenador, operaron en todo el mundo entre los años 1996 y 2006, periodo en el que fabricantes mencionados examinaron la forma de fijar los precios para repartirse el mercado. En la actualidad las pantallas de tubos de rayos catódicos han sido sustituidas por tecnologías más avanzadas como las LCD de cristal líquido, las pantallas de plasma y los diodos orgánicos emisores de luz.
Según palabras de Joaquín Almunia, comisario de competencia para la Unión Europea, este grupo de fabricantes recientemente multado “ha contado con las peores formas de comportamiento anticompetitivo que está estrictamente prohibido a las empresas que hacen negocios en Europa“.
Según las autoridades europeas, las prácticas de Philips, Samsung y los demás acusados fueron “especialmente dañinos para los consumidores”, según Reuters. Estos cárteles representaron un aumento del precio de las pantallas en una media que oscila entre el 50 y el 70%.