Un equipo de investigadores que experimentaba con moscas de la fruta ha descubierto que modificando genéticamente a unas moscas les podían dar “recuerdos” de dolor que nunca habían experimentado. Al parecer, las moscas son capaces, hasta cierto punto, de evitar cosas que les han causado dolor en el pasado; en este caso, descargas eléctricas en un área determinada. Pero han modificado a unas moscas para que sus células cerebrales productoras de dopamina fabricasen una proteína sensible al láser. Al cruzar con un láser, aunque no hubiera dolor de por medio, las moscas evitaban la zona. No sé si el experimento puede trasladarse a humanos, pero no estaría mal que enseñaran a todas las moscas que NO deben acercarse a los humanos. [New Scientist]
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