1- Seguridad, ecología e innovación como pilares
Tras una inversión de 10 millones de dólares y medio año de desarrollo Ford introdujo hace una década la tecnología VIRTTEX (Virtual Test Track Experiment), un simulador basado en las pruebas de los pilotos de aviones que ha servido desde entonces a la compañía estadounidense para estudiar y realizar mediciones de los nuevos dispositivos electrónicos implantados en sus automóviles.
VIRTTEX es el corazón del laboratorio de Investigación y Desarrollo del fabricante situado en sus instalaciones de Dearborn (Michigan), unas dependencias cuya finalidad es acercar la tecnología a las personas, pero también cumplir con las nuevas exigencias normativas y gubernamentales en materia de tecnología para el automóvil.
Sus responsables explican que hay tres objetivos que se pretenden con las aplicaciones y nuevas tecnologías que se se introducen en los vehículos: seguridad, sostenibilidad medioambiental y, por supuesto, innovación. Todo ello se sustenta en la conectividad inteligente y se sostiene por criterios de calidad.
La clave del simulador es una enorme cúpula que se apoya en seis pistones hidráulicos. Gracias a éstos el interior de la semiesfera se mueve, proporcionando las sensaciones de aceleración, frenado y cambio de carril a los conductores que se prestan como ‘conejillos de indias’. Continúa…
2- Testers no entrenados y situaciones sorpresa
Dentro del habitáculo se sitúa un vehículo adaptado para una monitorización completa del sujeto. En su interior hay instaladas cinco microcámaras, que vigilan los movimientos oculares del sujeto, su pestañeo, la posición de brazos y hombros y transmiten todos los valores numéricos y temporales a seis ordenadores.
Alrededor del coche se muestran imágenes tridimensionales de alta definición provenientes de cinco proyectores que proporcionan al conductor un entorno envolvente. Las proyecciones corresponden a los diferentes escenarios y sucesos programados por los ingenieros del laboratorio y reaccionan a las diferentes acciones de los usuarios con el volante, acelerador y freno.
En la visita que ITespresso realizó al recinto, el director del laboratorio Mike Blommer, explicó las diferentes situaciones a las que los ‘testers’ se pueden enfrentar. Según relata el responsable, todas las nuevas prestaciones que se introducen en el software de los vehículos de la casa se ponen a prueba antes en estas instalaciones y no necesariamente los sujetos saben cuál será la propiedad que chequearán. “En algunas ocasiones les engañamos sobre lo que van a testear y les sorprendemos con situaciones inesperadas para medir su capacidad de reacción”, comenta.
Estos sujetos son personas corrientes con carnet de conducir, pero que no tienen entrenamiento especial (algo que sí ocurriría en el caso de los usos aeronáuticos del simulador). Los individuos experimentales cuentan con edades de un amplio margen, desde adolescentes que acaban de aprobar su permiso de conducir (en Estados Unidos la licencia se puede obtener con 16 años) hasta personas de la tercera edad. Cada nueva prestación es probada por una media de 60 ó 70 personas, aunque en algunos casos, dependiendo de la complejidad de la misma, la muestra puede llegar hasta el centenar.
Nuestra visita a VIRTTEX puede verse en el siguiente vídeo.
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