Waldo, un robot de 130.000 dólares salido del Mote Marine Laboratory de Sarasota, Florida, fue a investigar las profundidades del océano y no volvió. Enviaba informes cada dos horas hasta que dejó de hacerlo súbitamente. Mientras el jefe del proyecto se tira de los pelos porque no le pusieran un localizador y los científicos conjeturan acerca de los posibles fallos del robot, Waldo ha empezado a escribir Mi vida entre bosques y océanos al estilo Thoreau y a vivir la vida loca. — Rafa M. Claudín [AP]
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