Que Samsung se ha inspirado en el Passbook de Apple para la app Wallet, presentada esta semana en el Mobile World Congress de Barcelona, resulta evidente: mismos usos (almacenar en un mismo sitio tarjetas de embarque, entradas de cine, cupones de descuento, etc.), mismas características (la aparición de notificaciones), y hasta mismo icono. Samsung ha copiado hasta una de las carencias de Passbook: no hay rastro de NFC, la gran promesa de los pagos móviles.
La explicación de Samsung cuando les preguntaron por qué fue que a los comercios no les interesaba, ya que tendrían que realizar alguna instalación especial para que los clientes pudiesen usar NFC. No es que la compañía surcoreana le esté dando la espalda a la tecnología de forma tan drástica como Apple, ya que Samsung sí tiene teléfonos que soportan la tecnología NFC, pero el hecho de que Wallet no la incluya es bastante significativo.
NFC sigue siendo la promesa de los pagos móviles, pero que los dos principales fabricantes de smartphones, Apple y Samsung, no parezcan muy convencidos, hace que las posibilidades de que la tecnología se convierta en la norma general se reduzcan bastante. Eso sí, los surcoreanos tampoco le cierran la puerta del todo: sí contemplan incluirlo en Wallet en el futuro y tienen un acuerdo con Visa para lanzar pagos móviles con NFC.
Samsung: jugando a dos bandas
La estrategia de Samsung puede parecer confusa, pero lo cierto es que se trata simplemente de una forma de no cerrarse puertas. Por un lado no confía demasiado en que el NFC vaya a acabar despegando y sabe que, si bien sí puede ser que en el futuro de los pagos móviles la tecnología esté ahí, lo cierto es que de momento no es una realidad. Samsung quiere que Wallet sea algo para ahora, no para dentro de unos meses o años, y de momento los pagos móviles no son todavía algo que los usuarios pidan.
Del mismo modo, Samsung sí ve ese futuro en el que el smartphone sustituye a la cartera, no solo para guardar en ella entradas y tickets en general, sino también para su uso principal: el de llevar dinero o tarjetas para realizar compras. Para ello, y por si acaso finalmente NFC logra arrancar y ser abrazado por usuarios y, sobre todo, comercios, Samsung ha empezado a hacer los deberes: smartphones con soporte para la tecnología y algún acuerdo jugoso, como el presentado esta semana en el MWC con Visa.
¿Arrancará el NFC o seguirá siendo siempre la eterna promesa? La lógica dice que tiene que acabar despegando, a no ser que aparezca alguna otra tecnología que haga los pagos móviles todavía más fáciles. Saber si la Near Fields Communication es ya algo real o si todavía no tiene muchas posibilidades será fácil: el día que Apple lance un iPhone con NFC, sabremos que la promesa se ha hecho realidad.
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